Francisco Armanet

El desconocido empresario más destacado del siglo XX

Que duda cabe que Henry Ford, JP Morgan, Walt Disney, David Rockefeller, Sam Walton fueron unos titanes del emprendimiento del siglo XX.

Por: Francisco Armanet | Publicado: Viernes 3 de diciembre de 2010 a las 10:20 hrs.
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Fuera del mundo académico y de su país natal, el brillante profesor de liderazgo de la escuela de negocios de la Universidad de Harvard, John Kotter, designó a un desconocido como el hombre de negocios más destacado del siglo XX: el japonés Konosuke Matsushita.

Hemos reiterado en esta columna que los líderes verdaderamente extraordinarios son personas genuinamente humildes con una fuerte necesidad de construir grandes emprendimientos para contribuir a la existencia de un mundo mejor, anteponiendo los intereses de la comunidad, de sus clientes y de sus empleados por sobre los suyos propios. Matsushita no terminó la escuela primaria y comenzó su carrera laboral a los 9 años. A los 22 crea su propia empresa que producía y comercializaba focos para bicicletas. Posteriormente, incorpora muchos otros productos electrónicos, dando origen a la empresa más grande y prospera de Japón; National Panasonic. Sólo dos anécdotas ilustran la diferencia de Matsushita respecto de muchos líderes, incluyendo a los cinco que mencioné al inicio de esta columna. En la crisis de 1930, mientras en EE.UU. y Japón, las empresas despedían a la mitad de sus trabajadores, Matsushita no sólo no desvinculó a ninguno de sus empleados, sino que mantuvo todas las remuneraciones intactas. En lugar de provocar despidos masivos, éste envió a la mitad de sus colaboradores que trabajaban en producción a vender lámparas y radios, puerta a puerta. En menos de seis meses, debido a la menor producción, los inventarios bajaron a la mitad, generando un gran flujo de caja, cuando la escasez de dinero era casi total.

La empresa retomó la normalidad de su producción cuando se inicia la recuperación económica y para ese entonces, Panasonic contaba con cientos de empleados extraordinariamente comprometidos y motivados, listos para aprovechar la mayor demanda tanto en el mercado japonés, como en el resto del mundo. En la crisis, Panasonic aplastó a sus competidores.

La segunda anécdota ocurrió en una época de la vida de Matsushita, donde éste ya había logrado un prestigio y una admiración entre los japoneses que muy pocos hombres de esa nación habían alguna vez alcanzado. Invitado a comer a uno de los más finos restaurantes de Tokio, Matsushita ordenó un plato de filete con arroz. Al haber comido sólo la mitad de su carne, éste solicita la presencia del chef. Todos los comensales sienten gran incomodidad al asumir que su comida se podía encontrar en mal estado. El propietario del lugar se acerca avergonzado y le pregunta de qué manera podía solucionar su problema. Matsushita reitera que su deseo es sólo hablar con el chef. Raudamente aparece el jefe de cocina y Matsushita le dice casi textualmente: he solicitado hablar con usted para expresarle mis agradecimientos por el delicioso plato que me ha preparado. El problema es que a mis 80 años sólo puedo comer la mitad del plato que usted me sirvió y quiero asegurarme de que usted no se desilusione de su trabajo por pensar que yo no lo disfruté.

Señores ejecutivos, empresarios, autoridades, Excelentísimo Señor Presidente de la República: en este mes bendito, procuremos cultivar en nuestros corazones, la humildad, modesta flor que os es tan querida lean a Matsushita.

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